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viernes, 22 de octubre de 2010

Andrés Mauricio Buriticá

Código 432675

SFM – Nietzsche

Protocolo de la sesión del 13 de octubre

“¿Qué significa el ideal ascético?”

La sesión del 13 de octubre se dividió en tres partes. Al inicio, se recordó la diferencia entre práctica ascética y sentido ascético. En segundo lugar, se mantuvo una discusión con el propósito de encontrar un hilo conductor entre los parágrafos 11, 12 y 13 del tercer tratado de la Genealogía. Por último, se trató de responder la pregunta ¿a qué se refiere Nietzsche con el término “vida” en los parágrafos 11, 12 y 13? Así pues, este protocolo se dividirá dos partes; en la primera se reconstruirá la discusión a propósito del hilo conductor de los parágrafos 11, 12 y 13; en segundo lugar se expondrá la respuesta que se desarrolló a la pregunta por el significado del término “vida”, teniendo en cuenta la diferencia entre práctica ascética y sentido ascético.

1. Hilo conductor de los parágrafos 11, 12 y 13

Si bien la ponencia de Javier Mojica presentaba de manera ordenada lo expuesto por Nietzsche en los parágrafos 11, 12 y 13 del Tercer tratado de la Genealogía, en su exposición no quedó claro cuál era el hilo conductor de estos parágrafos. Por este motivo, la mayor parte de la sesión se dedicó a encontrar este hilo conductor. Para identificarlo, el primer intento consistió en encontrar qué tema tratado en el parágrafo 11 seguía siendo tratado en el 13. No deja de ser obvio que, dado que son parágrafos que hacen parte de un mismo tratado, tienen varios temas en común; pero la pregunta es por aquél que unifique los tres parágrafos, aquél que pueda orientar al lector a propósito del mensaje que Nietzsche quiere transmitir.

La discusión inició alrededor de la pregunta con la que se presenta el parágrafo 11, a saber, ¿qué significa el ideal ascético? Se llamó la atención en el hecho de que en la pregunta se hace referencia al ideal ascético sin más, no al ideal ascético sacerdotal en especial. También se hizo un llamado a ver qué relación podría haber entre el título del Tratado tercero y esta pregunta, teniendo en cuenta que aquel título hace referencia, no “al ideal ascético”, sino a los “ideales ascéticos”. Sin embargo, no se desarrolló está posible relación. Ahora bien, la pregunta con la que inicia el parágrafo 11 es un llamado a la indagación a propósito del ideal ascético. No obstante, esta pregunta parece no ser muy específica y fue necesario buscar otro camino por medio del cual encontrar aquél hilo conductor que pudiera brindar respuesta a la pregunta del parágrafo 11 y, asimismo, sirviera como hilo conductor de los parágrafos 11, 12 y 13.

La sesión se centró, pues, en otra pregunta que aparece en el numeral 11, a saber, “¿Qué significa esto?”. Es necesario aclarar que esta nueva pregunta no se aparta de la expresada en el párrafo anterior sino que, respondiendo esta última, es probable encontrar una respuesta a la anterior. Este ejercicio de interpretar preguntas y buscar una posible respuesta traerá como resultado que se pueda presentar un aspecto que caracteriza al ideal ascético. El nuevo reto ahora consiste, pues, en saber a qué se refiere Nietzsche con las palabras “significar” y “esto” que aparecen en la última pregunta presentada.

Justo antes de que Nietzsche formule esta pregunta, afirma que el asceta tiene una manera particular de valorar su vida. Esta manera particular es impuesta (cf. 152). Del mismo modo, se identificó una afirmación justo después de la pregunta que podría aclarar la misma, a saber, afirma Nietzsche que aquella espantosa manera de valorar no está inscrita en la historia del hombre como un caso de excepción y rareza, sino que es uno de los fenómenos que más se ha extendido y que más ha perdurado (cf. 152). Que “aquella manera de valorar” sea un fenómeno muy extendido presenta una clara relación el parágrafo 13, teniendo en cuenta que en este parágrafo se muestra el ideal ascético como algo que se da en todas las épocas y culturas. Asimismo, se caracteriza al ideal ascético como algo que “nace del instinto de protección y de salud de una vida que degenera (cf. 155). En este contexto, con la pregunta “¿Qué significa esto?” se hace referencia a la particular manera que tiene el asceta de valorar su vida, y esta particularidad consiste en que el ideal ascético es algo que ha dominado en todas las épocas (claro, en las que el hombre ha existido) y culturas. Ahora la pregunta es ¿a qué se debe que el ideal ascético haya dominado en todas las épocas? Así, pues, el tema alrededor del cual se mueven estos tres parágrafos es la búsqueda de una explicación al hecho de que el ideal ascético se extienda en el tiempo y en diferentes culturas. Nótese que no se está haciendo referencia al ideal ascético en el sacerdote, sino en el ideal ascético en general. Antes de explicar a qué se debe que el ideal ascético se extienda en el tiempo y en diferentes culturas, es pertinente desarrollar un poco esta idea.

En el parágrafo 13, Nietzsche caracteriza al ideal ascético como un medio para conservar la vida y luchar contra la muerte. Ahora bien, esta manera de conservar la vida parecer ser algo generalizado, algo que hace parte de la condición del hombre habido “hasta ahora”[1] (cf. 155). A esta altura del texto se puede aclarar el término “autocontradicción”, con el cual Nietzsche hace referencia al hombre que persigue al ideal ascético. Esta contradicción radica en que el ideal ascético niega la vida, reprime los instintos naturales con el fin de alcanzar una muerte en paz, caracterización que entra en contradicción con la presentada en el parágrafo 13, que se caracteriza porque muestra al ideal ascético como el medio para aferrarse a la vida y evitar la muerte.

Siguiendo con la investigación a propósito del hilo conductor, Omar hizo referencia al parágrafo 1 del Tercer tratado con el fin de explicar a qué se debe que el ideal ascético se extienda en el tiempo y en diferentes culturas. En este parágrafo se hace referencia a algo que buscamos todos los hombres y es lo que puede llevar a que se caracterice al ideal ascético como se hace en el parágrafo 13. Que el ideal ascético se extienda a través de toda la humanidad se debe a que es mejor querer algo a no querer nada. Todo hombre necesita querer algo, aferrarse a algo, es decir, toda voluntad necesita una meta. Esta caracterización de la voluntad parece ser propia de todos los hombres. En este sentido, que el ideal ascético se haga presente en toda la humanidad es algo que hace parte de nosotros en tanto que somos hombres, hace parte de nuestra naturaleza. Es necesario hacer énfasis en que, el hecho de que la voluntad necesite aferrarse a algo, a lo que sea, es un indicio de que el hombre sufre, en términos de Nietzsche, una enfermedad, a saber, vive con inseguridad, con miedo.

Sin embargo, hay algo que parece intrigar a Nietzsche y es el hecho de que en el sacerdote, el ideal ascético es muy poderoso. La primera sorpresa de Nietzsche ante el sacerdote se da al inicio del parágrafo 11, donde Nietzsche habla sobre el “representante de la seriedad” y hace referencia al sacerdote en el sentido en que éste se juega la vida con el ideal ascético, es decir, la vida del sacerdote depende del ideal acético, pelea por éste. Otro indicio de que el ideal ascético en el sacerdote es poderoso radica en que el sacerdote busca a Dios y, según Nietzsche, Dios es la nada, es decir, a Dios le corresponden todos los predicados negativos, como por ejemplo, no es guerrero, no es violento, no es despreocupado, etc. ¿Cómo es posible que se pueda entregar una vida por nada? Sin embargo, esta caracterización del sacerdote no entra en contradicción con la naturaleza de la voluntad ya que el sacerdote sí quiere algo: querer la nada es querer algo.

Lo que Nietzsche quiere saber es por qué el hombre, a través de su voluntad, debe querer algo, así este algo sea la nada; a qué se debe esa inseguridad, ese miedo, en qué consiste su enfermedad.

Sin embargo, hasta este punto sólo se ha explicado cómo se relacionan los parágrafos 11 y 13. A pesar de que en la sesión se discutió muy poco sobre cómo podría conectarse el parágrafo 12 al 11 y el 13, se dirán unas palabras al respecto. Caracterizando al sacerdote como un ser aferrado al ideal ascético, como alguien que se juega la vida y pelea por este ideal, es probable que esté sesgado y sea un dogmático a propósito del ideal ascético. Nietzsche afirma que un objeto de investigación no puede verse sólo desde una perspectiva (como es el caso del sacerdote ante el ideal ascético) (cf. 154). Es necesario, pues, un tercero en una investigación. Es decir, Nietzsche parece abogar por un perspectivismo con el fin de analizar el ideal ascético desde un punto de vista diferente a como lo hace el sacerdote. Esta práctica (el perspectivismo) parece ser llevada a cabo por Nietzsche para investigar la causa por la que el ideal ascético parece ser inherente a la naturaleza humana y, así, conocer la causa de la enfermedad (esto es, la inseguridad, el miedo) que sufre el hombre. Este perspectivismo es necesario debido a que el sacerdote, a pesar de sus intentos por curar aquella enfermedad, parece que sólo brinda analgésicos y por lo tanto se hace necesario investigarla desde otro punto de vista, buscando sus causas y, así, encontrar una cura.

2. ¿Qué se entiende por el término “vida” en los parágrafos 11, 12 y 13?

Si bien se discutió esta pregunta y se buscó una respuesta a la misma, en la sesión se brindó una respuesta muy general. En primer lugar, el profesor propuso iniciar con una afirmación del parágrafo 13, a saber, el ideal ascético nace de una vida que degenera (cf. 155). Si se logra entender lo que se quiere decir con “degenerar”, es probable entender la noción de “vida”. Momento seguido, Omar propuso volver al Tratado segundo, más específicamente, al parágrafo 12, donde Nietzsche caracteriza la esencia de la vida como voluntad de poder. Esta caracterización, sin embargo, pudo verse refutada por otra afirmación de Nietzsche, según la cual, el enfermo (tal como se entendió este término anteriormente en este texto) también tiene voluntad de poder. Esta afirmación indica que también los enfermos pueden poner la voluntad de poder sobre sus instintos, esto es, controlar los propios instintos ya que éstos no pueden ser saciados. A continuación se expondrá por qué la afirmación “la esencia de la vida como voluntad de poder” no es refutada por la aserción “el enfermo también tiene voluntad de poder”.

Al inicio de la sesión se recordó la diferencia entre práctica ascética y sentido ascético. Baste con recordar que una práctica ascética no implica que ésta tenga un sentido ascético, es decir, puede haber una práctica ascética que no necesariamente implique que se hace en un sentido ascético (como es el caso de Wagner antes de rendir homenaje a la castidad en su vejez). Esta diferenciación podría ayudar a responder la pregunta por el término “vida”. Parece haber dos indicios a partir de los cuales responder la pregunta. El primero es la afirmación según la cual el ideal ascético nace de una vida que degenera. De esta afirmación surge la pregunta por el término “degenerar”. Tomando la segunda afirmación como guía (la esencia de la vida como voluntad de poder), podría afirmarse que “voluntad de poder” puede tomarse en un sentido ascético (por ejemplo, cuando en el asceta domina sus instintos) y un sentido no ascético. Una posible interpretación consiste en que, si se toma la voluntad de poder en su sentido ascético, tal concepción puede servir para definir el término “degenerar”[2] de manera que “vida” podría definirse como aquello cuya esencia es la voluntad de poder en un sentido no ascético. Esta definición sería coherente con la afirmación “el ideal ascético nace de una vida que degenera”, es decir, el ideal ascético nace de una vida en la cual la voluntad de poder prevalece o domina los instintos.



[1] Sin el deseo de entrar en detalles, creo que esta pequeña afirmación en el parágrafo 13 puede servir para sustentar la tesis de que en el futuro puede haber un hombre que se desligue de aquella “condición enfermiza”.

[2] Degenerar se podría definir como el proceso en el que la voluntad de poder (en un sentido ascético) prevalece sobre los instintos.

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Ponente mirando el poniente